Cuando la vida parece escaparse de las manos, cuando todo tu mundo parece formar parte de otro universo, cuando uno mismo nota la ausencia de su ser conviviendo en sociedad y sobre todo cuando las palabras no llegan a fluir por más que lo intentamos…
Es en ese momento cuando debemos pensar en actuar, en dar un giro a nuestras vidas o refugiarnos en nuestros pensamientos, es ahí cuando la decisión trascendental de hablar o callar se hace más inminente y es ahí donde habremos fracasado en el control de nuestro ser…
Cuando las emociones personales no son controladas con un régimen interior, cuando la tormenta que llevamos dentro llega a empapar a quienes se acercan al mirador de nuestro ser, cuando despreciamos el corazón ajeno por no mezclarlo con el propio, cuando el egoísmo de la intimidad ahoga nuestras vidas… Es ahí donde habremos fracasado… Pero a veces el fracaso se aventura cierto, pues de una manera u otra nuestro mundo se destruye…
